
Durante ocho años tuve el honor de servir como Juez de Distrito y desde hace 14 años como Magistrado de Circuito en el Consejo de la Judicatura Federal. Ese período no solo ha sido un viaje profesional, sino también una oportunidad para contribuir significativamente a la justicia y la administración pública en nuestro país.
Mis experiencias y aprendizajes, particularmente en las áreas de organización, planeación y administración de recursos, así como en el diseño e implementación de políticas públicas, son las siguientes.
La organización y planeación en el ámbito judicial no es solo una cuestión de logística; es una forma de garantizar la justicia. Mi enfoque siempre ha sido mejorar la eficiencia y la efectividad de nuestros procedimientos jurisdiccionales. Esto ha implicado la introducción de sistemas de gestión de casos y la optimización de aquellos que proporciona el propio Consejo de la Judicatura Federal, además de lacapacitación para el personal del órgano jurisdiccional al que he estado adscrito a través de las instituciones formativas y educativas del Consejo; así como la adopción de un enfoque más colaborativo para resolver problemas complejos.
Estas iniciativas no solo aumentaron la productividad, sino que también aseguraron una distribución más equitativa de las cargas de trabajo, lo que es crucial para mantener un sistema judicial imparcial y eficiente, en el que, por supuesto, se cumplan a cabalidad las tareas asignadas al Poder Judicial de la Federación, con estricta independencia, imparcialidad, objetividad, profesionalismo y excelencia.
El papel de Juez de Distrito y Magistrado de Circuito involucra desafíos significativos, particularmente cuando nos enfrentamos al reto de maximizar el cumplimiento de las tareas con los recursos que tenemos asignados.
Por un lado, debemos tomar en cuenta la importancia de la función de los Juzgados de Distrito, la cual estriba substancialmente en ser la primera instancia en materia federal, en asuntos relacionados con la legislación federal, en los que se incluye casos de naturaleza civil, penal, administrativa y laboral, además, son responsables de conocer los juicios de amparo, una instancia clave en México para la protección de derechos constitucionales de los ciudadanos frente a actos de autoridad.
En tanto que, como Magistrado de Circuito se tiene asignada la tarea de revisar sentencias y actos judiciales, integrando colegiados que fungen principalmente como tribunales de apelación. Esta función es vital para garantizar la correcta aplicación de la ley y el derecho a un juicio justo. Lo que los coloca en una posición crucial para la defensa de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Asimismo, los Magistrado de Circuito contribuimos a la unificación y coherencia de la jurisprudencia en México, nuestras decisiones ayudan a establecer precedentes y guiar a los tribunales inferiores en la interpretación y aplicación del derecho.
En ambas funciones, los jueces y magistrados ejercemos una función concerniente a la administración pública, particularmente, fungen como balance entre el federalismo y la centralización, pues ayudan a mantener un equilibrio entre la autonomía de los estados y la necesidad de una interpretación y aplicación, en su caso, uniforme del derecho federal.
Los titulares del Poder Judicial de la Federación se encargan de facilitar el acceso a la justicia, permitiendo a los ciudadanos impugnar actos de autoridad y buscar la protección de sus derechos a un nivel superior; aunado a que manejan una amplia gama de casos, lo que los convierte en puntos críticos para la administración de justicia federal; y, son claves en la implementación de políticas judiciales y reformas legales, siendo a menudo los primeros en aplicar nuevas leyes y procedimientos.
Durante mis más de veinte años de experiencia como titular de un órgano jurisdiccional he hecho énfasis en cumplir las metas estadísticas del Consejo de la Judicatura Federal, particularmente, en resolver con eficiencia los casos sometidos a mi conocimiento, esto incluye el tiempo promedio para resolverlos, el número de casos resueltos en comparación con los recibidos, y la reducción de casos pendientes.
Por otra parte, debe destacarse que la administración de recursos en el ámbito judicial va más allá de la gestión financiera; abarca la administración de talento humano y recursos materiales. Uno de los desafíos más significativos fue equilibrar la asignación de recursos limitados con las crecientes demandas de justicia. Puse un énfasis especial en la capacitación y desarrollo del personal. Esto no solo mejoró la moral y la competencia del personal de los órganos jurisdiccionales en los que he estado, sino que también aseguró un servicio judicial de mayor calidad.
Reflexionar sobre estos años como Juez de Distrito y Magistrado de Circuito me llena de orgullo y gratitud. Las lecciones aprendidas, los desafíos superados y las victorias obtenidas han sido invaluables. Si bien el camino ha sido arduo, la oportunidad de contribuir al fortalecimiento de nuestro sistema judicial y al bienestar de nuestra sociedad ha sido una recompensa inmensurable. A medida que continúo mi camino en el ámbito de la justicia, estas experiencias seguirán siendo la base sobre la cual construiré mi compromiso continuo con la ley, la equidad y la justicia.